miércoles, 20 de junio de 2007

Flexibilidad es la palabra

Margarita María Errázuriz

Los resultados de la encuesta Casen 2006 han puesto una vez más en relieve la importancia del trabajo de la mujer. Según el BID, en Chile una participación laboral femenina cercana al 48% —promedio para América Latina— reduciría la pobreza en 15% e incrementaría en 10% el ingreso per cápita. Un mayor número de mujeres en la fuerza laboral, además, nos hará más competitivos. La Unión Europea, que se ha propuesto ser la economía más competitiva del mundo, estima que antes del 2010 debe tener, como mínimo, 60% de ocupación femenina. Para lograrlo, flexibilidad es la palabra.


Tal es la importancia de la flexibilidad para el trabajo femenino, que el 64% de las mujeres españolas inactivas, en edad de trabajar, no consideran la posibilidad de incorporarse al mercado laboral dada la extensión del horario de trabajo y su rigidez, y el 60% de las mujeres chilenas estima que trabajarían si tuvieran flexibilidad laboral (ComunidadMujer-Adimark, 2004). Sólo así ellas podrían conciliar las responsabilidades familiares con las obligaciones del trabajo.
Pero no se trata sólo de las mujeres. La fuerza laboral calificada está exigiendo cada vez más lo que llaman salario emocional, conformado por beneficios extrasalariales que permiten mayor calidad de vida personal y familiar, y que se expresan en facilidades de horario u oportunidades de trabajo a distancia. Por su parte, está comprobado que la productividad de la empresa disminuye cuando no favorece la adecuación de las obligaciones familiares y de trabajo en hombres y mujeres.


En nuestro país, la flexibilidad laboral no es bienvenida. Las organizaciones sindicales la rechazan tajantemente, porque, en su opinión, precariza el empleo o puede disminuir en forma drástica sus oportunidades a tiempo completo; los empleadores hasta ahora no han visto sus beneficios y los empleados y asalariados en general, aunque son los principales interesados, se han mantenido al margen de este debate. En tanto, en países como Holanda, Reino Unido, Suecia, Dinamarca, Bélgica y Alemania, en los que existe especial preocupación por la protección de la fuerza laboral, el empleo parcial en proporción al empleo total ha ido creciendo año a año en la última década y fluctúa entre el 22 y el 45%. Por supuesto, son las mujeres las que más usan esta modalidad: en Holanda el 74% y en Alemania, Noruega y Reino Unido más del 40%. Es de destacar que todos estos países han obtenido tres logros simultáneos: mayor incorporación de la mujer al mundo laboral; aumento del índice de fertilidad —indicador de un menor conflicto entre familia y trabajo— y mayor productividad en relación con el número de horas trabajadas.

Es importante considerar que el trabajo parcial es sólo una de las medidas posibles de flexibilidad. Mayor aceptación entre los empleados tienen las que se aplican durante la jornada laboral y en el desarrollo de carrera, sin olvidarse de modalidades de oficina virtual, como es el teletrabajo.En España, un país que no se destaca por su flexibilidad comparado con los otros países europeos nombrados, el 80% de las empresas que postularon al Premio Empresa Flexible 2005 permitía el abandono del lugar de trabajo por emergencia familiar y el tiempo libre para formación y algo más del 40% acogía permisos de maternidad y paternidad más allá de la ley. La reinserción post-permiso, vale decir, asegurar el puesto al trabajador o trabajadora que destina tiempo para el cuidado de su hijo más allá de la ley, la consideraba más del 50% de las empresas postulantes.


Estas medidas se han diseñado como un factor estratégico para revertir la baja natalidad, aumentar la fuerza de trabajo y retener talentos.
Si queremos dar un fuerte impulso a la participación laboral y a la productividad en el empleo, es hora de analizar y evaluar la flexibilidad laboral con la debida complejidad —sin prejuicios ni temores— y la importancia de las medidas de conciliación familia y trabajo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Me parece fundamental que empecemos a decir las cosas por su nombre. se trata de la voluntad de las empresas de tener más flexibilidad para hombres y para mujeres. las felicito por lo que hacen.

Anónimo dijo...

Este artículo lo encuentro super interesante